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jueves, 7 de abril de 2011

Capítulo II: El peso de mis lágrimas

Destino ¿Qué es el destino? Hay personas que dicen que nuestro destino está escrito y otras que opinan lo contrario que nosotros hacemos nuestro destino, las dos son validas pero estoy de acuerdo con la segunda opción nosotros trazamos nuestro destino, mi madre decidió el suyo suicidándose, el día de su funeral todos me observaban diferente no eran miradas de lastima por haber perdido a mi madre al contrario me miraban como si estuviesen molesto conmigo, bueno en realidad nadie creía que mi madre se suicido todos incluyendo mi padre decían que yo la había matado, los vecinos creían que ella llevaba una vida feliz, pero estaban completamente equivocados no sabían nada de lo que había sucedió tras esa puerta, una puerta que cada vez que se abría traía consigo a un demonio que ocasionaba tragedia, sufrimiento, dolor, en pocas palabras llevaba a mi casa el infierno, mi padre llego tarde y ebrio al funeral lanzando improperios contra mi culpándome de la muerte de mi madre, sabiendo que él era el único culpable de aquel suceso tan lamentable, recuerdo claramente sus palabras…
 -- Ese niño demoniaco mato a mi amada Isabel, maldito te maldigo una y mil veces eres un desgraciado infeliz, nunca debiste haber nacido, tu nacimiento trajo miseria a nuestra familia -- Sentía que parte de lo que decía tenía razón, nunca debí haber nacido, pero si nací fue por algún motivo el destino quiso que yo naciera, pero el destino me parece algo cruel hacer que yo viniera al mundo para vivir solo sufrimiento y miseria, luego que termino de insultarme bebió un sorbo de la botella que tenía en su mano y su hermano Franklin, fue a calmarlo y lo sentó en una silla donde comenzó a llorar mientras que repetía el nombre de mi madre muchas veces en voz baja, casi como un susurro -- Isabel, Isabel, Isabel ¿porque te fuiste de mi lado Isabel? -- luego mi tío franklin fue por mí me tomo fuertemente del brazo y me llevaba arrastras y me dijo – Es mejor que te saque de aquí, ve como esta mi hermano por tu culpa, eres el culpable de toda su desgracia – Caminamos hasta un árbol que se encontraba a unos cincuenta metros de la tumba de mi madre y me dejo allí y me dijo con una voz muy fuerte y firme, casi como un grito – Sera mejor que no te muevas de aquí hasta que te venga a buscar, entendió – asentí con la cabeza luego él se alejo, y comencé a llorar, mientras recordaba a mi madre, recuerdos  de alegría y de tristeza paso medio hora y estaba cansado de llorar y me quede dormido bajo aquel árbol de roble un árbol que me cubría muy bien de la intemperie de la noche supongo que dormí durante bastante tiempo porque cuando desperté ya era de noche, esta todo oscuro, todos se habían ido y me habían dejado solo allí estaba muy asustado, el miedo no me dejaba pensar con claridad, los dientes me crujían porque estaba haciendo mucho frió, el cielo estaba muy oscuro no se podía observar ni la luna ni las estrellas, me acurruque en el árbol abrazando mis rodillas con los brazos, de pronto sentí que cayeron unas gotas de agua en mi brazo y me pareció extraño porque no estaba llorando fue entonces cuando mire al cielo y me fije que estaba lloviendo poco a poco la lluvia se torno más intensa en cuestión de segundos ya estaba completamente mojado, tenia mas frió pero por primera vez fui fuerte y no llore, pasaban los minutos y se me entumecía el cuerpo debido al frió, en ese momento pensé que iba a morir allí, pero luego vi a lo lejos una luz que se acercaba lentamente en ese momento pensaba que era una ilusión que el frió me había puesto delirante, pero luego supe que mi destino no era morir ese día, cuando la luz llego a mi bueno no recuerdo muy bien lo que paso pero recuerdo que alquilen me cargo y me llevo con él, luego cuando desperté estaba en una cabaña muy pequeña con una fogata en la chimenea, estaba acostado en una cama pequeña con una cobija muy cálida, había una pequeña mesa junto a la cama del lado derecho y al lado de la mesa estaba un hombre de cómo cuarenta años de edad con barba y bigotes muy grandes de gran estatura como de un metro ochenta con imponente ojos marrones y cicatrices en la manos estaba sentado en una silla tomando algo en una tasa a la cual le daba pequeños sorbos, me quite la cobija y me fije que tenía otra ropa seca y limpia, por un momento sentí miedo pero luego me calme al pensar que si me salvo de aquella noche lluviosa no sería una mala persona, el hombre volteo hacia mi fijante su imponte mirada en mí y me dijo con una vos muy gruesa y firme. --Hasta que te dignas a despertar-- no dije ni una palabra me quede en la cama inmóvil sin mover ni un solo músculo, -- No te asuste aquí no te pasara nada malo, te iré a prepara algo de comer -- cuando se levando de la silla se escucharon unos golpes muy fuertes en la puerta el señor fue abrir y hablo con un señor que parecía un poco preocupado y agitado le pregunto -- ¿no ha visto un niño por aquí? como de siete años – reconocí la voz era mi tío Franklin, sentí mucho miedo en ese instante y desee que el señor no le dijera nada, pero sucedió lo contrario –Si aquí esta pase adelante – mi tío me observo por unos segundos, en su rostro se podía ver que estaba furioso, fue entonces cuando exploto su ira contra mí y me grito -- ¿Qué sucede contigo? Te dije que me esperas y que haces te vienes a la casa de un pervertido, el señor se molesto y le dijo furioso – Oiga primero yo no soy ningún pervertido, y segundo este niño estaba bajo la lluvia y yo lo saque de allí para que no se enfermara o mucho peor muriera – finalizo muy agitado mientras me señalaba, mi tío no se quedo callado y comenzó a reír de una forma irónica mientras le decía – Eso es típico de ustedes los violadores de niños -- lo toco en el pecho con el dedo índice – Se aprovechan de una situación para poder usarlas como excusas – el señor se molesto por aquella acusación y golpeo a mi tío en la cara, mi tío cayó al suelo pero se levanto rápidamente y lo tomo por el cuello mientras lo golpeaba unas tres veces en la cara luego el señor se inclino y mi tío le dio con la rodilla en el estomago, el señor cayó al suelo por el dolor de aquellos golpes mi tío se dio la vuelta y me dijo -- vámonos – yo sentí miedo y no dije nada, pero de pronto el señor se levanto y tomo una silla acto seguido se la rompió a tío en la espalda, el cayó al suelo inconsciente, el señor lo levanto y lo puso lejos de la cama al otro extremo de la habitación, se sentó por unos minutos en la cama a descansar y luego me pregunto -- ¿Estas bien? – respondí que si con un tono de voz un poco inseguro. El señor me tomo por el hombro y me dijo            -- Tenemos que irnos de aquí – pero de pronto mi tío salto sobre él con un cuchillo en la mano y le corto la garganta a la altura de la yugular la sangre cayó sobre mi rostro, la sabana, la ropa sobre todo, luego mi tío lo soltó y el señor cayo desangrándose en la cama junto a mí, ya había presentado dos muertes en tres días estaba prácticamente traumatizado, y no eran solo dos muertes eran las muertes de la persona más importante en mi vida, mi madre y la de un señor que hizo más por mí, que lo que ha hecho mi padre a algún otro miembro de la familia, mi vida cada día se tornaba más dura y mas frívola, sufrimiento y presenciar muertes se estaba haciendo como parte de mi vida, era duro vivir todo eso con tener solo siete años, era como estar en el subconsciente de un asesino en serie, a diferencia que yo no disfrutaba al ver estas muertes. Mi tío me tomo fuertemente del brazo y prácticamente me arrastro fuera de la casa, se inclino hacia mí y me tomo fuertemente por el cuello y me dijo, llegas a decir una palabra de lo que sucedió aquí y le vas hacer compañía a tu madre, esa palabras fueron crueles pero en si deseaba que me matara, suponía que estar con mi madre iba ser mejor que lo estaba viviendo, por dentro desee que me matara de una vez, pero no dije ni una palabra solo llore, y luego el me grito -- ¿Entendido? – asentí con la cabeza y luego el me soltó y se levanto se paso la mano por la cara y me dijo, -- No llores, pareces una niña – el realmente no comprendía que pasar por todo esto a los siete años no era nada sencillo, pero todo no terminaría hay con mi madre muerta, un padre alcohólico y agresivo, el señor que me salvo la vida muerto, un tío asesino que me odiaba, no, todavía faltaban muchos más personajes en esta película de terror, y las cosas empeorarían horas más tardes…         






El miedo es la mayor fortaleza de una persona débil,
 Ya que lo usan como un escudo protector,
 Pero afrontar ese miedo es su mayor logro…
(Ricardo Daliz Guerra)

jueves, 31 de marzo de 2011

Capitulo 1: Mi mayor perdida

Felicidad ¿Qué es la felicidad? En todos mis años de vida no he vivido ni un momento feliz, desde mi niñez mi mundo se torno oscuro, las personas que me rodeaban eran como demonios que absorbían cualquier posibilidad de felicidad, cada día en mi vida era como una tormenta de arena en el desierto, terrible y muy difícil de escapar, de mis ojos se desbordaban las lagrimas como en un diluvio mucho peor que el que vivió Noé en su arca él lo vivió por cuarenta días y cuarenta noches yo lo viví día y noche durante años, mis probabilidades de sonreír eran tan nulas como la posibilidad de que un pez pueda sobrevivir fuera del agua, todo era tan sombrío desde el día de mi nacimiento, primero porque mi nacimiento no estaba en los planes de mis padres y segundo mi padre no quería que yo naciera, pero mi madre no tomo el aborto como opción, mi familia era millonaria lo que yo llamo disfraz de felicidad, puras apariencias, y lo que paso adentro, su verdadera realidad es la miseria, mi padre el señor Víctor un hombre de treinta años, moreno, de cabello negro oscuro, ojos marrones claros, de un metro ochenta de estatura era un abogado corrupto y con ansias de poder, mi madre la señora Isabel era una dulce mujer de veinticinco años, morena de cabello castaño ajos marrones muy claros piel suave como la de un algodón de un metro sesenta y cinco de estatura era la señora de la casa, solo tenía que hacer los deberes de la casa mas nada, cuando cumplí dos años de edad mi familia lo perdió todo, y me refiero a todo absolutamente, amigos dinero, propiedades, influencias etc. Tuvimos que mudarnos a una casa pequeña en un pueblo pequeño en Barquisimeto-Venezuela, mi padre cayó en el alcoholismo y mi madre, bueno mi madre, era mi madre, se mantuvo con mi padre solo por no apartarse de mí, pero como siempre mi padre lo arruinaba todo, llegaba todas las noches borracho, y abusaba de mi mama la golpeaba hasta que perdiera la conciencia, y así pasaba cada noche durante cinco años la violaba y golpeaba una y otra y otra vez, yo escuchaba atemorizado desde mi habitación, llore cada día y cada noche cada segundo que escuchaba aquellas espeluznantes escenas que parecían sacadas de una película de terror, pero para mi desgracia era la vida real o por lo menos mi vida real y la de mi pobre madre, yo hubiera dado lo que sea para  que ella no hubiera pasado por eso, en ocasiones deseo no haber nacido para no sentir este sufrimiento que revienta mi pecho en mil pedazos, el dolor era muy parecido a sentir cien cuchillos penetrar en la suave piel del abdomen mientras cada cuchillo destroza cada uno de los órganos, pero no se comparaba con lo que mi madre tenía que sufrir, una noche mi padre llego muy ebrio abrió la puerta haciendo mucho escándalo y gritando el nombre de mi madre --Isabel, Isabel baja inmediatamente-- yo y mi madre ya estábamos despiertos el miedo no nos dejaba dormir, yo ya sabía que iba a pasar cuando ella bajara, antes de que ella cruzara loa puerta ya yo estaba llorando suplicándole que no bajara --Mami por favor no vallas-- lloraba y lloraba la veía a sus hermosos ojos marrones que me decían que tenía que bajar para que no me pasara nada malo me sentía culpable corrí y la abrase fuertemente como si el mundo se fuera acabar para mí eso iba a pasar, ella me abrazo muy fuerte y me dijo al oído te amo con voz temblorosa y sus lagrimas caían en mis hombros como cuando caen las gotas de las hojas de los arboles cuando para de llover, su voz era tan frágil como una delicada cerda de hilo, le repetía una y otra vez --No vallas, no vallas, no vallas, no vallas-- pero no sirvió de nada ella bajo secándose las lagrimas del rostro, con sus suaves y delicadas manos, mientras mi padre seguía gritando -- Isabel baja en este instante, por mil demonios Isabel-- grito fuertemente, cuando mi mama llego abajo, le grito --Sírveme un trago-- mi mama lo obedeció y tomo una botella que estaba en un estante en el pasillo para ir a la cocina, a un lado estaba una mesa con unos vasos tomo uno y le sirvió el trago y se lo llevo, el observo el vaso y le grito, -- ¿Que te sucede? ¿No ves que este vaso está sucio? -- acto seguido le lanzo el vaso y la arrincono y la golpeo una y otra vez, mi madre gritaba, -- Por favor no me golpees-- pero era absurdo hablarle el no hizo caso omiso a ninguna de las suplicas y la siguió golpeando en el rostro las costillas, las piernas, el pecho hasta que la dejo agonizante en el piso luego desgarro su ropa dejando al desnudo cada centímetro de piel, cada área de su delicado y delgado cuerpo, acto seguido la violo luego le grito --¿Porque lloras? si sabes que te encanto- luego busco un palo de un metro de largo que se encontraba en la cocina y la golpeo en la cabeza dejándola inconsciente, era terrible ver aquella escena desde las escaleras de la casa, luego mi padre se fue a dormir, busque una sabana y cubrí a mi madre y hay me quede llorando toda la noche junto a su cuerpo, creía que me volvería loco, pero la que se volvería loca seria mi madre, se canso de tanto maltrato y una noche espero a mi padre detrás de la puerta con un cuchillo para intentar matarlo, yo observe desde las escaleras, cuando el llego mi madre se le acerco por la espalda he intento clavar el cuchillo en su espalda pero por desgracia fallo, mi padre la sujeto por las manos y le quito el cuchillo, luego la golpeo y la golpeo y la golpeo y así continuo hasta que ella perdió la conciencia, me enfurecí e intente ayudarla pero mi esfuerzo fue en vano, el también me golpeo, cuando desperté en la mañana oía susurros en la cocina, a los lejos se escuchaba que alguien estaña llorando supuse que era mi madre, la palabra que decía no se distinguía bien a los lejos, pero se fue aclarando en mi pequeño oído mientras me acercaba, mi suposición era correcta era mi madre llorando, y repetía una y otra vez, con voz temblorosa, --Perdóname-- ¿Quién la tenía que perdonar? O mejor dicho ¿A quién le pedía perdón? Me acerque lentamente a donde ella se encontraba y la vi de rodillas sobre un montón de vidrios rotos estaba perdiendo mucha sangre, su rostro estaba cubierto de lagrimas, su cara solo reflejaba sufrimiento, en sus pequeñas y frágiles manos empuñaba un cuchillo, me miro fijamente a los ojos trasmitiéndome toda su tristeza y con voz muy suave, y temblorosa me dijo; --Perdóname-- luego paso el cuchillo por su garganta y cayó al suelo esa escena tan per turbante y aterradora nunca la borre me mi mente, corrí hacia ella y llore junto a su cuerpo durante horas mientras ella moría desangrada… 
Cuando mi padre llego a la casa estaba ebrio como siempre llamo a mi madre a gritos como acostumbraba hacerlo --Isabel, Isabel-- pero esa vez mi mama no llegaría hasta donde estaba el, guardo silencio por unos minutos y escucho un llanto en la cocina se acerco lentamente dando pasos torpes lo típico de un borracho, cuando se asomo vio tanta sangre como en un rio, y a mí que estaba junto al cuerpo de mi madre, se siguió acercando poco a poco, y me pregunto --¿Qué sucedió aquí?-- --Mama murió-- le respondí entre llantos y lagrimas, --¿La mataste?-- Pregunto en un tono acusador, no respondí a la pregunta y continúe llorando, era absurdo que me acusara de matar a mi madre siendo yo el único que la quería, debió pensar más bien que se suicido por su culpa por los golpes y el maltrato que le ocasionaba, pero en vez de eso me culpo a mí, era como algo hipócrita de su parte pero no le preste atención, luego siguió gritando       --Mataste a Isabel la mataste-- de inclino sobre el cuerpo de mi madre y lloro de forma hipócrita, y continuaba gritando --Isabel no ¿Por qué tú?-- Los gritos eran tan fuertes que se escuchaba en la avenida, por primera vez los vecinos se preocuparon en ir a ver lo que pasaba, pero cuando ella era maltratada por el monstruo de mi padre no asomaban sus narices ese día creo que fue en donde observe los más grandes actos de hipocresía, los vecinos tocaban la puerta de forma brusca como si realmente estuviesen preocupados, mi padre me pidió que fuera abrir la puerta  mientras el sequia llorando sobre el cuerpo ensangrentado de mi madre, me costó levantarme pues llevaba muchas horas en el suelo acostado, la piernas me temblaban y daba traspiés en mi camino por el enorme charco de sangre y vidrios rotos, casi todo mi cuerpo estaba cubierto, se sangre todo era tan deprimente el cuerpo de mi madre yacía en el piso tendido como si fuese un animal que a muerto en el bosque, continúe caminando hacia la puerta hasta que finalmente llegue y la abrí los vecinos se sorprendieron al ver mi cuerpo cubierto de sangre, una señora mayor como de cuarenta años, con canas y rollos en el cabello, de apariencia terrorífica se asemejaba a un esqueleto, me sujeto por los brazos fuertemente mientras me sacudía y gritaba --¿Qué paso aquí?-- Lo repitió unas dos o tres veces más pero yo estaba prácticamente mudo, lo poco que intentaba decir lo balbuceaba, la señora miro al suelo y vio la sangre, me soltó y siguió el rastro hasta la cocina donde se encontraba el cuerpo, de pronto un grito espeluznante causo conmoción e intriga entre los otros vecinos que esperaban en la puerta todos corrieron hacia la cocina sus gritos silenciaban mi llanto, como la lluvia silencia el canto de las aves, llore tanto que mis lagrimas pudieron haber hecho que un rio se desbordara, aunque así me sentía como un rio desbordando que no tiene calma en su interior es turbulento, esperando que llegue la calma que no se sabe cuál va ser el momento de su llegada, me sentía tan frágil y vulnerable como la hoja de un árbol en una tormenta y sin hablar de mis pensamientos, estaban tan alborotados y confusos como una piedra siendo arrastrada por la corriente de un rio, así era mi vida difícil de explicar en pocas palabras pero ahí no acabaría mi pesadilla, al contrario era el principio de una tormenta en el mar del sufrimiento.







                                                                    La muerte es sinónimo de paz o tormento
 Todo depende de nuestro comportamiento…
(Ricardo Daliz Guerra)

Prologo

Esta es la historia de un niño llamado Zael la historia es contada por el cuando ya es mayor en ella cuenta por todo lo que ha tenido que pasar durante toda su vida, cuenta sobre las personas que conoció y otros aspectos interesante, es una historia triste donde quiero reflejar lo que dice el titulo La vida no es color de rosas, ya que yo pienso en eso las historias por la que pasa este niño han pasado en la vida real no ha mi pero han pasados en todas las partes del mundo, yo solo las recopile para crear una historia envolvente donde se darán cuenta que la vida no es color de rosa... Cada semana publicare un capitulo posible mente sean los lunes pero revisen de ves en cuando para que se mantengan informados. de ante mano quiero agradecerles a los que lean esta historia escrita por mi (Ricardo José Daliz Guerra). Deje sus comentarios, opinen sobre la pregunta q se plantea al inicio de cada capitulo, hagan sus criticas y opinen sobre lo q le gusta o no les gusta...